¡¡¡HOLA, PUTAS!!! La reapertura de mi habitación está muy próxima. Espero que las zorritas estéis muy atentas, porque se avecinan cosas muy interesantes en la tercera temporada...

domingo, 26 de septiembre de 2010

Capítulo 1: Un paquete misterioso

Ya hace un par de días que he hallado la manera de independizarme del estúpido de Hideki. Y esta nueva vida libre de cadenas parece que comienza a entusiasmarme.

Me llamo Heather y hasta hace poco llevaba una vida paralela a la de Hideki. Pero gracias a mi fuerza de voluntad y a la cantidad de paciencia invertida, he logrado realizar mi deseo más anhelado. Tengo veintiún años, soy lista, bella, tengo dinero, un padre que me tiene en un pedestal y lo más importante: SOY LIBRE. Me comeré el mundo.

Hoy ha sido un día bastante intrigante para mi gusto y con un desenlace muy satisfactorio:

Recuerdo que me levanté bastante desanimada porque el día anterior había descubierto que el limite de mi tarjeta de crédito había sido reducido... "vaya ahora tendré que gastar menos que antes. ¿La empresa de papá estará pasando un mal momento?".

Posé los pies sobre mi alfombra de angora, experimentando la gratificante sensación que produce. Era como estar caminando sobre varios caniches recién salidos de la peluquería canina. Esponjosamente suave. Y me incorporé suavemente, retirándome de mi mullido lecho de plumas de cisne. Tras mirarme en el espejo de mi tocador de una manera fugaz, me dispuse a bajar las escaleras que conducían al vestíbulo.

No es que tuviera demasiada hambre, pero de todas formas decidí tomarme un vaso de leche caliente y una manzana.

- ¿Pero donde diantres está el maldito servicio?- grité yo sola en el umbral de la puerta del comedor mientras daba un pisotón a una inocente baldosa del suelo marmóreo- Dios, es que en esta casa todo tiene que hacerlo una misma.

Tras morder la manzana y haberme bebido todo el vaso de leche sonó el timbre de la puerta. Al parecer la gente no tiene consideración por las damas que dormimos las horas que nos corresponde. Joder que solo eran las doce de al mediodía. "Que falta de consideración..."

Abrí la puerta tras ponerme mi bata de seda china, de color purpura, con pedrería incrustada. Hay que recibir a la gentuza con glamur incluso acabados de levantar. No hay que olvidar que lo más importante en esta vida, después del dinero y el poder, es cegar al prójimo con tu luz propia.

Al otro lado de la puerta me encontré con una pobre alma desgraciada; con el pelo revuelto, camisa de adidas de la temporada pasada y unos baqueros y tenis de marcas irreconocibles. Le miré con cara de superioridad:

- ¿Si-iii?- emití un deje cantarín haciéndole notar mi sarcástica fascinación por su desfasadísimo atuendo. "jajaja yo me pegaría un tiro antes de atreverme a salir a la calle así"

- Hola- Dijo con voz tenuemente grave- vengo a entregar un paquete, para la señorita Heather Jimberts.

- ¡¿Paquete?!- de pronto se me iluminaron los ojos y me olvidé completamente del chico al visualizar la preciosa caja de color naranja con lazo que portaba bajo su esmirriado brazo- Sí. Tiene la increible suerte de poder estar hablando con ella en este momento- reí discretamente, y el chico se sonrojó. "Pero que fácil es hacer que suspiren por una"

- Fi-fi-fírmeme aquí si es tan amable- dijo con voz notablemente nerviosa por mi malévolo acto anterior con esa precisa intención.

Le arranqué literalmente el paquete de las manos tras haber firmado el recivo. Despues de todo era un paquete demasiado bonito para ser tocado por alguien tan mediocre. podria contaminar su interior.

Lo llevé corriendo a mi habitación para poder saborear los segundos que se tarda en desenlazar la cintita y en abrir la tapa. Para luego aspirar el delicioso aroma a nuevo.

cuando por fin aparto la tapa, un papel especial envolvía unos zapatos extrabagantemente preciosos de plataforma que me enamoraron al instante:



Eran increibles; jamás pensé que el excremento vacuno pudiera hacer algo tan maravilloso. Eenseguida me los calcé y tiré una foto para subir al facebook, para envidia de mis admiradores:



Oh... estaba tan inmersa en mi euforia calzadítica que olvidé por completo la notita que vino con estos bebés:

"Querida Heather, espero que te guste este humilde presente traido en exclusiva de la última colección de la fashion week de NY.

Besos tu paladín"


- ¿Y esto?- dejé escapar en voz alta.

No podía dar credito a lo que acababa de leer. Alguien me enviaba estos zapatos tan sublimes desde NY y por lo que parecía está muy interesado en mi... ¿Quién puede ser?. Me intrigué un par de segundos más, pero pronto me levanté dejando caer la nota, haciendo posturas adorables delante del espejo para lucirlos. Ya tendré tiempo de averiguar sobre ese paladín mío. Ahora toca disfrutar de los zapatos...

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